Un terremoto sacude los cimientos de Boca Juniors. El entrenador Miguel Ángel Russo ha tomado una drástica decisión: separar a Cristian Lema, Marcos Rojo y Marcelo Saracchi del plantel profesional debido a reiterados actos de indisciplina. La noticia, que explotó en el Boca Predio, llega en un momento delicado para el club, tras una racha negativa de 11 partidos sin victorias, marcando un récord histórico para la institución.
El Detrás de Escena de la Decisión
Si bien cada jugador tiene una situación particular, la determinación de Russo es contundente. Fuentes internas del club revelaron que Lema faltó a entrenamientos sin justificación, mientras que Rojo y Saracchi habrían incurrido en otras faltas que minaron la convivencia del grupo. La directiva, encabezada por el Consejo de Fútbol, respaldó la decisión del técnico, ordenando que los tres futbolistas se cambien separados del resto de sus compañeros y se entrenen de forma diferenciada.
¿Qué pasa con Chiquito Romero?
En medio de esta purga, la situación de Sergio Romero es particular. Si bien el arquero tampoco es tenido en cuenta por Russo, relegado por Agustín Marchesín, Leandro Brey y Javier García, se mantiene dentro del plantel. A diferencia de Lema, Rojo y Saracchi, Romero tiene contrato vigente hasta fin de año y no ha recibido ofertas formales para salir. Aunque estuvo cerca de Newell's, las negociaciones no prosperaron.
Un Momento Crítico para Boca
La mano dura de Russo busca enderezar el rumbo de un equipo que no encuentra su identidad en el campo de juego. La exclusión de jugadores experimentados como Rojo, que supo ser capitán, representa un golpe anímico para el plantel. Ahora, el desafío del entrenador será recomponer el grupo y encontrar alternativas para revertir la situación deportiva, apostando por la disciplina y el compromiso.
El futuro inmediato de Rojo, Saracchi y Lema es incierto. Se espera que sus representantes busquen nuevos destinos para continuar sus carreras futbolísticas. Mientras tanto, Boca deberá afrontar los próximos compromisos con un plantel diezmado y la presión de revertir una crisis que amenaza con agudizarse.