Un escándalo de proporciones sacude al gobierno tras revelarse que Laura Belén Arrieta, vinculada a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), ingresó al país con varias valijas sin pasar por los controles aduaneros correspondientes. La Justicia investiga el hecho como posible contrabando y otras hipótesis delictivas.
El Caso Arrieta: De 5 a 10 Valijas Sospechosas
Inicialmente, se informó que Arrieta, ex azafata, llegó en un vuelo privado proveniente de Miami con cinco valijas que no fueron controladas en el Aeroparque Jorge Newbery. Sin embargo, una investigación posterior reveló que el número de valijas ascendería a diez. El vuelo pertenecía al empresario Leonardo Scatturice, dueño de Fly Bondi y con vínculos con la CPAC y el gobierno.
La Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) y el Ministerio Público Fiscal impulsaron la investigación, detectando irregularidades en los controles del equipaje. Imágenes reveladas por TN muestran a Arrieta y colaboradores descargando un número significativo de valijas, contradiciendo la versión oficial inicial.
Desmentidas Oficiales y Reacciones Políticas
A pesar de las desmentidas del vocero presidencial Manuel Adorni y un comunicado de la Aduana, la investigación de la PIA confirmó las irregularidades. El diputado Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica-ARI, acusó al gobierno de mentir y ocultar información, recordando que sus pedidos de acceso a la información pública fueron rechazados.
El caso ha generado fuertes críticas y pone en entredicho los protocolos de seguridad y control en el Aeroparque. La Justicia deberá determinar si hubo delito de contrabando y si existió una orden superior para evitar la revisión del equipaje de Arrieta. La investigación continúa, y se espera que arroje luz sobre los posibles vínculos entre Arrieta, el gobierno y la CPAC.
El Vuelo de la Discordia
- El vuelo arribó el 26 de febrero de este año.
- La aeronave pertenece al empresario Leonardo Scatturice, ex agente de la SIDE.
- Laura Belén Arrieta regresaba de participar en la organización de la cumbre de la CPAC en Miami.
Este escándalo pone nuevamente bajo la lupa la transparencia y la integridad en los procesos de control aduanero y genera interrogantes sobre la influencia de ciertos actores en la administración pública.