El Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) sorprendió en mayo al registrar una deflación del 0,3%, un fenómeno que no se veía desde 2008, excluyendo el período atípico de la pandemia. Este dato, proporcionado por el INDEC, se explica principalmente por la caída del 4,1% en los precios de los productos importados, mientras que los productos nacionales se mantuvieron relativamente estables.
Análisis Detallado del IPIM
Dentro de los productos nacionales, se observaron variaciones mixtas. Algunos rubros experimentaron descensos significativos, como los productos refinados del petróleo (-1,6%) y los productos metálicos básicos (-2,2%). Por otro lado, alimentos y bebidas mostraron un aumento del 1,6%, un dato importante considerando su peso en la canasta básica.
El Índice de Precios Internos Básicos al por Mayor (IPIB) también reflejó una disminución del 0,3%, impulsada por la baja en los productos importados.
Reacción del Gobierno y Perspectivas
El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró este resultado a través de sus redes sociales, destacando que, corrigiendo el impacto de la pandemia, esta es la única disminución en el indicador desde 2016. Sin embargo, es importante recordar que la deflación mayorista no necesariamente se traduce en una baja inmediata de la inflación minorista.
¿Qué Significa Esto para el Consumidor?
Si bien la deflación mayorista es una señal positiva, su impacto en el bolsillo del consumidor dependerá de diversos factores, como la evolución del tipo de cambio, las políticas de precios y la demanda interna. Es crucial analizar la evolución de los precios minoristas en los próximos meses para determinar si esta tendencia se consolida.
- La baja de los precios importados podría aliviar la presión sobre algunos sectores productivos.
- Sin embargo, también podría generar desafíos para la industria local, que compite con productos más baratos del exterior.