La Unión Obrera Metalúrgica (UOM), liderada por Abel Furlán, ha cerrado un acuerdo paritario semestral que se extenderá hasta marzo de 2026. Este acuerdo, que excluye al sector siderúrgico, busca proporcionar aumentos escalonados y sumas fijas para los trabajadores metalúrgicos.
Detalles del Acuerdo Paritario de la UOM
El acuerdo salarial incluye un aumento acumulado del 14 por ciento, junto con sumas no remunerativas que totalizan $160.000. Los pagos se distribuirán de la siguiente manera:
- Octubre 2025: $35.000 no remunerativos
- Noviembre 2025: 4,2% remunerativo + $15.000 no remunerativos
- Diciembre 2025: $35.000 no remunerativos
- Enero 2026: 4,2% remunerativo + $15.000 no remunerativos
- Febrero 2026: $25.000 no remunerativos
- Marzo 2026: $35.000 no remunerativos
Según la UOM, la base de cálculo para el porcentaje de septiembre se fijó en 3,14 por ciento, lo que permitirá que la base para abril de 2026 se sitúe en el 5 por ciento, con una cláusula que garantiza el pago efectivo en ese mes.
¿Alcanza el Aumento para Cubrir la Canasta Básica?
Si bien el acuerdo representa un esfuerzo por parte de la UOM para mejorar los ingresos de sus afiliados, surge la pregunta de si estos aumentos son suficientes para hacer frente a la creciente inflación. Con salarios básicos que rondan los $910.000 y una canasta básica que supera los $1.200.000, muchos trabajadores metalúrgicos aún se encuentran por debajo de la línea de pobreza.
Esto lleva a que muchos busquen complementar sus ingresos a través de horas extras o empleos adicionales, como Uber o trabajos de albañilería.
Reacciones y Próximos Pasos
Aunque el preacuerdo ya está en marcha, aún falta la formalización del acta acuerdo y la homologación por parte de la Secretaría de Trabajo. La demora en este trámite en paritarias anteriores generó incertidumbre y retrasos en la aplicación de los aumentos.
Es probable que el aumento genere disconformidad entre los trabajadores, dado que muchos consideran que no es suficiente para cubrir las necesidades básicas. La situación económica actual plantea un desafío para los sindicatos y las empresas, que deben encontrar un equilibrio entre las demandas salariales y la sostenibilidad de las fuentes de empleo.