River Plate atraviesa un momento futbolístico preocupante, marcado por una alarmante sequía de goles. La falta de contundencia en la delantera, sumada al bajo rendimiento de los jugadores con más experiencia, genera incertidumbre sobre el futuro del equipo.
La sequía goleadora: un problema multifactorial
Los últimos goles de los delanteros de River se remontan a la primera semana de octubre. Desde entonces, el equipo no ha logrado encontrar el camino al gol, lo que refleja un problema que va más allá del funcionamiento colectivo. La merma individual en el nivel y la confianza de los principales atacantes es evidente.
Jugadores como Salas, que al comienzo del semestre mostraban un buen desempeño, han entrado en un declive notable. Su inconsistencia en la toma de decisiones y la falta de claridad en su rol dentro del campo de juego complican aún más la situación.
Driussi: una incógnita en el ataque
La situación de Driussi es particularmente preocupante. El jugador se muestra limitado físicamente y su rendimiento disminuye a medida que avanza el partido. Su aporte al equipo es cada vez menor, lo que genera dudas sobre su futuro en el club.
- La falta de confianza: Los delanteros de River parecen carecer de la confianza necesaria para encarar los partidos con determinación.
- El bajo rendimiento individual: El nivel de los jugadores clave en el ataque ha disminuido considerablemente.
- La falta de ideas en el juego ofensivo: El equipo carece de creatividad y fluidez en la elaboración de jugadas de ataque.
Ante este panorama, el cuerpo técnico deberá buscar soluciones urgentes para revertir la situación y devolverle la confianza al equipo. La búsqueda de alternativas tácticas y la recuperación del nivel individual de los jugadores son fundamentales para superar esta crisis.