A partir del próximo 28 de junio, la experiencia de usar un cajero automático en Argentina cambiará significativamente. Entra en vigor una nueva normativa, impulsada por la necesidad de garantizar la accesibilidad para todos los ciudadanos, independientemente de sus capacidades físicas o intelectuales.
¿Qué implica esta nueva ley?
La legislación exige a las entidades bancarias adaptar tanto los cajeros nuevos como los existentes para cumplir con estándares de accesibilidad. Esto incluye:
- Pantallas con mayor contraste y tamaño de fuente: Facilitando la lectura para personas con discapacidad visual.
- Instrucciones por voz y audioguías: Permitiendo la interacción sin necesidad de ver la pantalla.
- Interfaces táctiles rediseñadas: Simplificando la navegación y reduciendo la complejidad.
- Botones con relieve: Ayudando a identificar las funciones sin necesidad de visión.
- Posibilidad de conectar auriculares: Asegurando la privacidad de la información para usuarios con audioguías.
Más allá de las mejoras técnicas, la ley también exige a los bancos capacitar a su personal para atender a personas con diversidad funcional. Esto implica aprender a identificar necesidades específicas y ofrecer asistencia proactiva en la adaptación a los nuevos sistemas.
Beneficios para todos
Si bien la normativa está diseñada para mejorar la accesibilidad para personas con discapacidad, los cambios beneficiarán a todos los usuarios. Un diseño más intuitivo, instrucciones claras y opciones de personalización harán que el uso del cajero automático sea más sencillo y eficiente para personas mayores, usuarios menos familiarizados con la tecnología y cualquier persona que busque una experiencia bancaria más cómoda.
La implementación de esta ley representa un avance importante hacia una sociedad más inclusiva y equitativa, donde todos los ciudadanos tengan acceso a los servicios financieros básicos sin barreras.