El Toronto FC, con su apuesta audaz por Lorenzo Insigne en 2022, estableció un nuevo estándar salarial en la Major League Soccer (MLS). La pregunta ahora es si este movimiento, que buscaba impulsar la relevancia global del club y de la liga, ha creado un precedente arriesgado que otros equipos están dispuestos a igualar, incluso cuando el propio Toronto FC parece incapaz de repetir.
El 'Efecto Insigne': ¿Un arma de doble filo?
La llegada de Insigne, procedente del Napoli tras ganar la Eurocopa 2020, fue un golpe de efecto. Su salario, superior a los $14 millones de dólares anuales, superó incluso las ganancias máximas de Zlatan Ibrahimović en la MLS. La intención era clara: atraer talento europeo de primer nivel y generar impacto mediático y comercial.
¿Rendimiento vs. Inversión?
Sin embargo, los resultados en el campo no acompañaron. Lesiones, inconsistencia y problemas internos en el vestuario transformaron la alta remuneración de Insigne en una advertencia en lugar de un ejemplo a seguir. Desde su llegada, el Toronto FC ha languidecido en los últimos puestos de la Conferencia Este.
- ¿Creó Insigne un techo salarial artificial? Otros clubes, como Orlando City con su interés en Richarlison, parecen dispuestos a invertir grandes sumas en estrellas.
 - ¿Es sostenible esta estrategia a largo plazo? El caso de Toronto FC sugiere que no basta con fichar nombres rutilantes; es crucial construir un equipo cohesionado y competitivo.
 
MLS: Ambición y límites
El interés de Orlando City en Richarlison demuestra el crecimiento de la MLS en términos de ambición y poder adquisitivo. Sin embargo, la negativa del Tottenham a negociar por menos de 40 millones de euros también revela las limitaciones de la liga.
La apuesta por Insigne, aunque arriesgada, marcó un antes y un después en la MLS. Ahora, la pregunta es si otros clubes aprenderán de los errores del Toronto FC y encontrarán un equilibrio entre la inversión en estrellas y la construcción de un proyecto deportivo sólido.