Feinmann vs. La Joaqui: ¿Música 'Tumbera' Incita a la Violencia?

El reciente triple femicidio en Florencio Varela ha desatado una ola de debates sobre la influencia de la cultura popular en la juventud. En este contexto, el periodista Eduardo Feinmann ha generado controversia al vincular la música de La Joaqui, figura destacada del género urbano, con la trágica muerte de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Morena Gutiérrez (15).

¿Apología del Delito?

Durante su programa radial 'Alguien Tiene Que Decirlo' en Radio Mitre, Feinmann expresó su preocupación por las letras de las canciones de La Joaqui. Tras escuchar 'Gaucho', un tema lanzado en 2017, el periodista leyó fragmentos como: "Me gusta con esa cara de malo, con los ojos rojos, la pistola al costado..." y cuestionó el cambio cultural que ha llevado a glorificar la violencia y la delincuencia en la música.

De Luis Miguel a La Joaqui: Un Cambio de Paradigma

Feinmann contrastó la música actual con las canciones románticas del pasado, preguntándose "¿Cuándo pasamos de esto que escuchamos tan lindo, canciones de amor, a esta porquería?". Sus panelistas calificaron la canción como una “basura” que promueve la “apología del delito” y la definieron como un ejemplo de “canciones tumberas”.

Un Debate en Redes Sociales

Las declaraciones de Feinmann han generado un intenso debate en las redes sociales, con opiniones divididas sobre si la música de La Joaqui realmente incita a la violencia o si se trata simplemente de una expresión artística que refleja la realidad de ciertos sectores de la sociedad. Algunos usuarios respaldan la postura de Feinmann, argumentando que las letras glorifican la delincuencia y normalizan la violencia. Otros, en cambio, defienden a La Joaqui, señalando que su música es una forma de expresión y que no se le puede responsabilizar por los actos de terceros.

Más allá de la polémica, este debate pone de manifiesto la necesidad de analizar el impacto de la cultura popular en la juventud y de promover valores que fomenten la paz y la convivencia.

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