En un emotivo mensaje durante la misa de Pentecostés, el Papa León XIV instó a los fieles a superar las divisiones y el egoísmo, abogando por una Iglesia que abra fronteras y construya puentes en lugar de muros. El pontífice centró su homilía en la acción transformadora del Espíritu Santo, destacando la importancia de superar prejuicios y abrazar el amor fraternal.
Un llamado a la unidad en un mundo dividido
Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV recordó el relato de los Hechos de los Apóstoles, donde el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles. Comparó este evento con la necesidad actual de “abrir fronteras”, citando palabras de Benedicto XVI sobre la capacidad del Espíritu Santo para superar la ruptura iniciada en Babel.
El Papa trazó una ruta clara hacia una Iglesia inclusiva, sin muros ni marginados. Destacó tres dimensiones esenciales de la acción del Espíritu: abrir fronteras dentro de nosotros mismos, en nuestras relaciones y entre los pueblos. “El Espíritu Santo viene a desafiar, en nuestro interior, el riesgo de una vida que se atrofia, absorbida por el individualismo”, reflexionó, denunciando la paradoja de un mundo hiperconectado donde millones se sienten solos y desorientados.
Superando el egoísmo y los nacionalismos
León XIV advirtió sobre los peligros de los nacionalismos políticos y la exclusión, instando a rechazar la “lógica de la exclusión” y a abrir los corazones. En un contexto geopolítico tenso, el Papa también pidió a los líderes mundiales “el valor de realizar gestos de distensión y diálogo”. Subrayó que donde hay amor, no hay lugar para las distancias ni para los muros que dividen.
Además, el Papa denunció la soledad en la era digital y la violencia de género, expresando dolor por los recientes casos de feminicidios. El mensaje de León XIV resonó como un llamado a la paz, la inclusión y la superación de todas las formas de división, tanto internas como externas.
En su primera misa de Pentecostés, el Papa León XIV dejó un mensaje claro: el Espíritu Santo nos impulsa a construir un mundo más justo y fraterno, derribando muros y abriendo fronteras para el amor y la comprensión.